¿Tienes muchas deudas? Descubre cómo un préstamo puede ayudarte a salir del apuro

Una crisis económica, la pérdida del empleo o un gasto inesperado pueden poner en jaque la estabilidad financiera de cualquier persona. En situaciones como estas, es frecuente que las deudas comiencen a acumularse. Cuando los pagos se retrasan o se vuelven impagables, las consecuencias no se hacen esperar: intereses moratorios, penalizaciones contractuales, deterioro de la calificación crediticia e incluso la inclusión en ficheros públicos de morosos como Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (ASNEF).
Entrar en una espiral de impagos puede dificultar aún más la recuperación financiera. Por eso, anticiparse a la crisis y buscar soluciones a tiempo es clave. Entre las alternativas más conocidas, una destaca por su capacidad de reorganizar la economía personal de forma inmediata: los préstamos para cancelar deudas.
¿Qué es un préstamo para cancelar deudas?
Se trata de un producto financiero en el que un banco concede al usuario un préstamo para que este pueda saldar otras deudas contraídas con anterioridad, idealmente con condiciones más ventajosas. El objetivo es permitir que la persona obtenga un respiro financiero y reduzca el riesgo de impago.
La principal ventaja es la posibilidad de acceder a cuotas mensuales más bajas. Para lograrlo, las entidades suelen ofrecer plazos de amortización más largos o tipos de interés más reducidos que los de la deuda original. En algunos casos, los bancos incluso negocian directamente con los acreedores para conseguir una quita, especialmente si la persona ya ha incurrido en impagos.
No obstante, prolongar el plazo del préstamo también implica pagar más intereses a largo plazo. Por eso, esta solución solo resulta beneficiosa si efectivamente permite mantener las obligaciones al día y evitar consecuencias peores, como la inclusión en ASNEF o la pérdida de un bien hipotecado.
Diferencias entre cancelar y reunificar deudas
Un préstamo para cancelar deudas suele utilizarse para sustituir una sola deuda existente. Por ejemplo, si una persona tiene un crédito con intereses elevados, puede buscar otro con condiciones más favorables y liquidar el primero.
En cambio, la reunificación de deudas implica agrupar varias obligaciones en un solo préstamo. Este mecanismo permite al usuario consolidar préstamos personales, tarjetas de crédito, hipotecas u otros adeudos en un único producto financiero. Así, pasa a pagar una sola cuota mensual, lo que facilita la gestión del presupuesto doméstico.
Sin embargo, también en este caso el nuevo préstamo suele extender el plazo de devolución. Por tanto, aunque el pago mensual se reduzca, el coste total del crédito podría incrementarse. Especial atención merecen los casos en que se incluye una hipoteca, ya que no todos los bancos aceptan reunificar este tipo de deuda debido a su elevado importe.
Reunificación con hipoteca: ¿cómo funciona?
La forma más habitual de reunificar una hipoteca con otras deudas es renegociando el préstamo hipotecario actual o contratando una nueva hipoteca que absorba todas las obligaciones pendientes. Esto permite centralizar los pagos y simplificar la contabilidad personal, pero también implica mayores riesgos.
En estos casos, la garantía del préstamo sigue siendo el inmueble. Si el titular no cumple con los pagos, el banco podrá reclamar la propiedad y subastarla judicialmente para recuperar el dinero prestado. Por lo tanto, quienes opten por esta vía deben tener la certeza de poder afrontar los nuevos pagos sin contratiempos.
Esto puede hacerse con la misma institución de la deuda anterior o con otra. Siempre es importante hacer una búsqueda de las mejores condiciones para cuidar de su salud financiera.
¿Y si ya estás en ASNEF?
Acceder a un préstamo cuando se figura en ASNEF no es tarea fácil. Las entidades financieras son reticentes a prestar dinero a personas que ya han incurrido en impagos. Aun así, existen bancos y prestamistas que ofrecen productos específicamente diseñados para quienes se encuentran en esta situación.
Estos préstamos suelen tener intereses más elevados y condiciones más estrictas, como la exigencia de garantías reales. Por ello, aunque puedan resolver un problema puntual, también pueden agravar la situación financiera a medio y largo plazo.
Una alternativa recomendable es acudir a asesorías especializadas. Estas empresas analizan las deudas, negocian con los acreedores para lograr quitas y, en algunos casos, también colaboran con entidades que ofrecen préstamos para cancelar deudas con ASNEF. De esta forma, aumentan las posibilidades de éxito y pueden conseguir condiciones más ventajosas para el cliente.
¿Cuándo tiene sentido pedir un préstamo para cancelar deudas?
Solicitar un nuevo crédito para pagar otro puede parecer contradictorio. Sin embargo, en determinados contextos es una opción racional. Estas son algunas situaciones en las que puede resultar beneficioso:
- Cuando los intereses de la nueva deuda son menores: si el nuevo préstamo implica un menor coste financiero global, puede ser una alternativa válida.
- Si permite consolidar pagos en una sola cuota: facilita la gestión económica y evita olvidos o confusiones.
- Cuando el usuario está al borde del impago: mejor asumir un nuevo compromiso que entrar en mora y enfrentar sanciones inmediatas.
- Si ofrece mayor claridad y transparencia contractual: algunos préstamos iniciales presentan cláusulas abusivas o poco claras, que pueden corregirse al refinanciar.
Eso sí, antes de tomar una decisión, conviene analizar detenidamente los términos del nuevo préstamo, incluidos los gastos asociados, comisiones, seguros obligatorios y condiciones de amortización anticipada.
Alternativas a los préstamos bancarios
No todos los caminos llevan al banco, esto porque existen otras fórmulas que también pueden aliviar la presión financiera. Vea algunas:
1. Refinanciación
Negociar directamente con los acreedores para modificar las condiciones del préstamo puede ser una opción eficaz. Esto puede implicar ampliar el plazo, reducir la tasa de interés o establecer un nuevo calendario de pagos.
En algunos casos también se puede solicitar un periodo de carencia, durante el cual solo se pagan los intereses o se suspenden temporalmente los pagos. No todos los bancos aceptan esta propuesta, pero puede valer la pena intentarlo.
2. Ley de Segunda Oportunidad
Esta norma española permite que particulares en situación de insolvencia puedan exonerarse total o parcialmente de sus deudas, siempre que cumplan ciertos requisitos. Entre ellos, haber actuado de buena fe, no superar ciertos límites de endeudamiento y haber intentado previamente un acuerdo extrajudicial con los acreedores.
Es una vía compleja y que requiere asesoramiento jurídico, pero puede ser la única salida para quienes ya no pueden hacer frente a sus obligaciones.
3. Créditos rápidos y prestamistas particulares
Aunque su acceso es ágil y los requisitos son mínimos, estos productos suelen implicar altos intereses y poca transparencia. En muchos casos, se convierten en deudas tóxicas que agravan la situación inicial. Por eso, deben evitarse o utilizarse únicamente como última alternativa y en cantidades muy controladas.
4. Ayuda de familiares o amigos
Recurrir a personas del entorno puede ser una solución práctica, pero también implica riesgos emocionales. Para evitar malentendidos, es recomendable formalizar el acuerdo ante notario, incluso si no se aplican intereses.
Requisitos para obtener un préstamo para cancelar deudas
- Las condiciones varían según la entidad, pero en general se solicita:
- Ser mayor de edad y residir legalmente en España.
- Disponer de un documento de identidad vigente.
- Tener una cuenta bancaria española a nombre del solicitante.
- Presentar ingresos regulares suficientes (nómina, pensión, actividad autónoma, etc.).
- Que la cuota del nuevo préstamo no supere el 30% de los ingresos mensuales netos.
- En algunos casos, aportar una garantía (vivienda, coche u otro bien de valor).
Cuanto mayor sea el importe solicitado o peor sea el historial crediticio del solicitante, más exigencias impondrá la entidad financiera.
Conclusión: una herramienta útil si se usa con criterio
Los préstamos para cancelar deudas pueden ser una solución eficaz para reorganizar las finanzas personales y evitar caer en impagos. No obstante, no son una varita mágica. Requieren compromiso, planificación y una evaluación sincera de la capacidad de pago.
Antes de firmar, conviene comparar varias ofertas, entender todas las condiciones del contrato y valorar alternativas menos costosas. Si el nuevo préstamo no alivia realmente la situación financiera o si solo pospone el problema, tal vez sea mejor explorar otras opciones como la renegociación o la Ley de Segunda Oportunidad.
En definitiva, cancelar deudas con un nuevo préstamo es una opción válida en contextos específicos, pero no debe tomarse a la ligera. Como toda herramienta financiera, puede ser útil o perjudicial según cómo y cuándo se utilice.
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